viernes, 28 de marzo de 2008

"Un paseo por la Rivera"

Por: Selene Molina Castaneyra
UIA-Puebla
Estudiante de Psicología

Hasta mediados de los ochenta Playa del Carmen era un pequeño municipio de paso con menos de mil 500 habitantes, pero en las últimas dos décadas se ha transformado en uno de los destinos turísticos más importantes del Caribe mexicano, siendo la 5ta avenida su principal atractivo y punto de reunión distribuida a lo largo de la costa a una cuadra de la playa se pude observar todo tipo de restaurantes, bares y antros, así como tiendas de ropa, joyerías y boutiques exclusivas, es ahí donde se concentran los gustos más excéntricos y el consumismo en sus niveles más altos, sin embargo, ante todo esta expresión de riqueza, solamente basta caminar dos calles hacia abajo para encontrar el “parque”,el México profundo al que hace mención Bonfil Batalla, es el lugar donde se concentran cientos de migrantes provenientes de distintas partes del país siendo en su mayoría indígenas chiapanecos, quienes llegan después de un viaje de más de 15 horas, en autobuses inseguros, la mayoría de las veces sin dinero en los bolsillo y para comer suelen cargar una bola de pozol (alimento hecho a base de maíz, considerado un nutriente de resistencia para los viajeros indígenas,que les permite mitigar la sed y el hambre).
Ante esta situación tan precaria en la que arriban se ven en la necesidad de quedarse a dormir en el parque quedando expuestos a los malos tratos y abusos de los policías,

quienes los agraden y roban en las noches al encontrarlos vulnerables al estar lejos de sus familias, es ante estas circunstancia que esperan los migrantes que llegue el día lunes para conocer algún contratista que les ofrezca trabajo, con el objetivo de ofrecerles mejores condiciones de vida, ya que al ser campesinos en su tierra la venta del café ya nos les da lo suficiente para vivir dignamente y por ende, al ir disminuyendo cada vez el precio del producto toman la decisión de migrar.
Una vez instalados, buscan donde dormir gran parte de los migrantes vive en las “cuarterias”, que son cuartos rentados que comparten con sus paisanos donde viven de 6 a 10 personas, también existe el caso de ofrecerle habitación por parte de quienes los contratan (campamento de la obra) o ellos mismos construir sus casas de techo de lámina o palapa,
de una u otra manera encuentran la forma de subsistir ante ese ambiente desconocido para ellos, con reglas morales y políticas implícita
s en el contexto, estando muchos por primera vez expuestos al abuso-discriminación por los habitantes del lugar, ya sea nombrándolos de manera peyorativa “chapitas” o sufriendo arbitrariedades al momento de pagarles debido a que los contratos por lo general son verbales y se limitan a una s
emana, por lo tanto no pueden exigir sus derechos laborales ocasionando que la mayoría de las veces realizan trabajos excesivos sin protestar y se sientan inseguros laboralmente.

En cuanto a su forma de vida suelen adaptarse a tener lo necesario para cubrir los gastos de la semana y lo demás enviarlo a sus lugares de origen vía giro telegráfico o con alguien que regrese a Chiapas. Sin embargo, existen casos en que utilizan todo el pago en el consumo de alcohol, quedándose sin dinero, lo cuál origina que roben o consuman drogas e incluso lleguen a venderlas, arriesgándose a ser encarcelados por robo, a ser discriminados o tener algún accidente.

Es en este sitio donde convergen dos formas de vida muy diferentes producto de circunstancias o injusticias del sistema predominante en el mundo, por un lado, el Playa turístico, lujoso y excéntrico, y por el otro, el Playa migrante con muchas carencias, dificultades y violaciones siendo lo paradójico que solamente unas cuadras los dividen.

2 comentarios:

makario dijo...

Saludos desde el defe, pues esto es lo que hago con un grupo de amigos, espero pronto mandar alguna colaboración para el blog, soy egresado de la uami.

makario dijo...

Pongan un cbox pa que la comunicación sea más eficiente y rápida.